Pobre madrecita, siempre paradita, blanquita. Firme junto al pueblo. Ella la mira y la cuida. La escucha y la mira otra vez. Sus manitos son sagradas, curan todo mal para ella. Su único enemigo es la ecología, porque ella es de plástico supertóxico. Se tomó toda el agua bendita. Menos mal que la gata no juega con ella, no le gusta, no puede y no debe. Aparte a veces esta metida dentro de su cajita de madera, que no le permite caminar. Le cortaron las piernas a la madrecita.
3 comentarios:
Después de tres años, dejo mi marca nuevamente a vos que una vez me visitaste.
Dita Deren
obrigado dita, obrigado!
Madrecita... que na la agarre mi perrito ivanco que la debora...
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