15.11.11
Hoy.
Hoy. En orden cronológico: teléfono, teta, computadora se apaga. Puteada telefónica; frustración, cuasi llanto. Me la agarro con la pobre criatura; cambio de pañal, comida llorosa, siesta. Teléfono. Se vuelve a apagar la computadora; pienso en virus. Teta. Siesta. Apago los teléfonos. Bifes con ensalada, el niño se despierta, jugo de maracuyá, carne en mano; felicidad del estómago lleno. Teta. Antivirus. Google. Computadora se apaga. Puteo a la recalcalda concha de la lora. Pienso; vine al pedo a laburar. Ampere; caminata con herramientas. Teléfono. 18:59; huida al café de la esquina. Teta al aire libre. 42; pasó uno lleno, luego de 25 minutos subimos. Contacto con la gente, sonrisas explicativas. Casa: juego, baño; el niño se quema, comunicación telefónica con la suegra. Hipoglos, llanto en bolas, luego la felicidad. Fideos municiones, agua, teta. Papá. Fútbol, quedo en soledad. Felicidad en paty, tomate con orégano, alcauciles en conserva, Quilmes en mano, Delicia de Felfort y flan. Conclusión: la palabra felicidad se repite sólo en las comidas. Psicólogo urgente.
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