Podes creer tal historia?
Entra una vieja a la puerta del local y me dice que no le gusta el perro. Que se lo saque. Lo encerré y cuando volví, sabía que algo me faltaba. Mientras hablaba con ella desde la puerta (ella nunca entró), miraba de reojo mi escritorio y sabía que mi celular no estaba. Sin embargo, seguí hablando con ella.
Ella tenía un tono colombiano, o algo así. Sabía que finjia. Pero yo, seguí hablando con ella.
Cuando desde la esquina gritó taxiiii, taxiii y se fue dandome un beso, me dí cuenta que ya no lo tenía.
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